Annette Meakin decía que Galicia era la Suiza de España. “Es aquí donde las olas furiosas, creciendo como levadura, rompen sobre rocas medio escondidas y, alcanzando una fabulosa altura, caen sobre ellas con el ruido del trueno incluso con el tiempo más tranquilo. Es aquí donde los cadáveres de desafortunados pescadores son tan frecuentemente arrastrados a la orilla que los periódicos locales anuncian el suceso casi sin ningún comentario”.
La localidad de Os Muiños, está a escaso 1 km de la casa y puedes llegar en BTT por el Camino de Santiago que discurre desde Merexo. Os Muiños, debe su nombre a los molinos de grano que se construían a lo largo del pequeño Rio Negro que lo cruza y permitía moler la producción para el consumo humano y animal. Hoy en desuso, los molinos están rehabilitados y se pueden visitar, por una senda de madera y piedra. El acceso combina una vegetación de montaña, en una corta ruta que termina en el mar. Una majestuosa desembocadura en la Praia de Area Maior, una combinación de montaña y arena que te sorprenderá.
Espacio de baño en el río, después de acceder por una senda de madera recientemente restaurada por un incendio forestal que destruyó la anterior, algo habitual en Galicia. El río castro de caudal limpio, alimenta con sus aguas una importante factoría de truchas, no deja de ser un espacio natural, en el que las Calderas, ollas construidas por el trasiego del agua, te permite introducirte en las bañeras de los dioses del olimpo granítico.
Uno de los lugares más silenciosos, vacíos, hermosos de Galicia. La ensenada de Trece es esconde en los resquicios que va dejando la Costa da Morte entre Camelle y el cabo Vilán.
No es fácil encontrarlo, por que no está señalizado, no por su interés si no para que no se masifique. Desde lo alto de las dunas de arena que suben por la montaña, se alza con majestuosidad un mirador o cráter de arena, desde dónde se visualiza el Faro Vilán al norte y el puerto de Santa MAriña al sur. Si vas con BTT por la carretera de tierra de Santa Mariña al Cementerio de los ingleses, la encontrarás.
El río Xallas, en el municipio de Dumbría, desembocadura en el Atlántico casi de postal, con una cascada de agua fluvial de más de 30 metros en la que el agua cae sobre las paredes de rocas graníticas del cañón al pie del monte Pindo. Lla mejor época para ver la cascada al completo es en invierno, momento en que se dan más precipitaciones. Como curiosidad, se trata del único río en Europa que desemboca en una cascada.